Ignacio Salazar, gerente general de Territoria, explica cómo las plazas y jardines de MUT fueron pensados para que estuvieran integrados al proyecto y promovieran el encuentro de las personas en la ciudad.
MUT tiene cerca de 21.800 M2 de áreas verdes, jardines y plazas abiertas a la comunidad, que están integradas a los distintos espacios como oficinas, restaurantes, retail y muchos otros que entrega el proyecto.
Ignacio Salazar, gerente general de Territoria, nos explica cómo estos espacios públicos fueron ideados desde el principio del proyecto, como una forma de reunir a la comunidad, darle valor a la calle y revitalizar la vida urbana.
¿Por qué el espacio público cumple un rol en MUT?
“Estamos creando un Mercado Urbano, esto es una expresión moderna del mercado tradicional en el cual se comercia directamente entre el dueño de los productos y el cliente, estableciéndose una relación personal que se enriquece en el tiempo”.
“Las plazas son lugares que históricamente han colindado con los mercados en los cuales se juntaban las personas, sociabilizaban, dejaban sus enseres, carros con productos, caballos, etc., se comía y compartía. Las plazas de MUT cumplen exactamente el mismo rol que antiguamente, es decir, están concebidos como lugares en donde las personas se encuentran, respiran, hacen un alto en la ajetreada vida de la ciudad, se sientan y se conectan, gozan de los árboles, plantas y lugares con agua que contendrá el proyecto, y todo al aire libre. Los espacios públicos de MUT están pensados como lugares que facilitan el encuentro en un entorno bonito y acogedor”.
¿Por qué fue concebido en esta forma?
“Porque pensamos que facilitando y promoviendo el encuentro, los espacios físicos se hacen entretenidos y adquieren sentido. Los centros comerciales han sido pensados desde la funcionalidad y el incentivo al consumo. Eso cambió y hoy debemos darle sentido a los espacios físicos desde la ideación, para que tengan sentido para las personas”.
¿Qué tipo de espacios públicos hay en el proyecto?
“Tenemos en el proyecto dos tipos de espacios públicos. El primero, aquel que es la extensión natural del Mercado y que en conjunto son el alma del proyecto: la plaza del tercer piso, al que hemos llamado por eso mismo el Jardín del Mercado. En este lugar se está plantando, principalmente, especies productivas (olivos, naranjos, limones y parrones, entre otros) y contempla el desarrollo de huertas estacionales que podrán aprovecharse en algunos espacios de comidas o para ser comercializados en el Mercado. Tenemos el anhelo de que esto se convierta en un espacio vibrante, animado por las personas que viven o trabajan en el barrio, con quienes pensamos se pueden crear interesantes programas de cultivo comunitario”.
“Un segundo espacio público muy importante es el que rodea el proyecto, es decir, la manzana completa de Apoquindo, Encomenderos, Roger de Flor y El Bosque. Todo este espacio exterior está concebido como una extensión de los espacios interiores del proyecto que se integran y nutren con la calle. MUT es, por lo tanto, espacio público en sí mismo, abierto e integrado a la ciudad. Con la Municipalidad de Las Condes hemos trabajado mano a mano para diseñar y concebir una nueva plazoleta que aparecerá en Encomenderos y un paseo enteramente renovado en el que se convertirá Roger de Flor, dándole a las personas que circularán por ahí un lugar bonito y amable. Entre los espacios interiores y la calle, hemos desarrollado, por lo tanto, dos hectáreas de espacios abiertos al aire libre, con árboles, flores, arbustos, asientos y mesas para trabajar y reunirse que le enriquecerán la experiencia a quienes paseen o circulen por allí y que estamos convencidos que las personas querrán y harán suyos”.
¿Dónde se inspiraron para desarrollar esta idea de espacios públicos?
“Viajando, mirando y conversando mucho. Siendo Santiago una ciudad tan linda, con tanta naturaleza que la rodea, siempre hemos pensado que es inexplicable cómo nos encerremos. La calle le da un valor enorme a la vida urbana y debemos, por lo mismo, revitalizarla. La deuda de más espacios verdes, bien cuidados y concebidos, es un imperativo de todos empezar a pagarla y pensamos que también nosotros podíamos ayudar a hacerlo. Londres con sus enormes parques y plazas, Nueva York y sus geniales plazas de bolsillo, Estocolmo y Copenhague con su vida urbana enfocada al peatón y al ciclista, y hasta las densas ciudades de Tokio y Hong Kong nos han servido de ejemplo de preocupación por la calidad de vida de sus habitantes y de búsqueda de equilibrios entre desarrollos de proyectos privados y la mejoría de la vida en la ciudad. Todos los proyectos impactan, pero también todas las ciudades evolucionan. La sabiduría consiste en encontrar el balance correcto en este proceso evolutivo, para lo cual se requiere una mirada de largo plazo y un espíritu de colaboración y apertura con todos quienes interactúan en el proceso de su desarrollo”.
¿Quiénes han participado en el desarrollo de esta idea?
“Literalmente todo el equipo de Territoria se ha involucrado en estas discusiones que no están limitadas a un solo aspecto, sino que incluyen la visión completa del proyecto y cómo se puede ir logrando el necesario equilibrio entre sus distintos componentes de cara a las tendencias sociales que vemos se están imponiendo rápidamente. Ideas como la transversalidad, la gratuidad, la integración, la vida sana, el consumo responsable y la sustentabilidad están siempre presentes en nuestros análisis que son apoyados y nutridos por personas claves que nos colaboran con su visión externa, como la Tere Matte, Marcial Cortés Monroy y Martín Vinacur. En todo caso, esta ha sido una tarea apasionante de descubrimiento y evolución en la que, insisto, han participado todos, sin distinción, en Territoria a través de largas reuniones de brainstorming en las que todos hemos aportado una parte en la construcción de este gran sueño”.